
Las voces pidiendo mayor diálogo y el fin del aislamiento de la organización impulsaron debates sobre la conveniencia o no de mantener la política llevada a cabo durante los últimos años. Benjelloun, en su declaración de intenciones, dejó bien definidas las líneas de su nueva etapa como presidente, haciendo hincapié en que redoblará sus esfuerzos para mantener la unidad, la paz y la concordia, así como tender la mano en pro de un nuevo escenario que escenifique los deseos de diálogo y prosperidad expresados en la convención.

Que la FEERI se jugaba mucho en el envite de su congreso y asamblea general era sabido por todos. El ostracismo al que se ha visto sometida en los últimos años ha propiciado que la organización se viera disminuida en su capacidad para afrontar los muchos retos para la que fue creada.
La convención ha servido para reavivar el espíritu de la entidad y “ha fortalecido los lazos de unión de los asistentes e intervinientes”, tal como ha reflejado el reelegido presidente, Mounir Benjelloun.
No hay novedades en el equipo directivo. Se aprobó la creación de una delegación de la FEERI en el Campo de Gibraltar, cuya responsabilidad ha recaído en la persona de Dris Mohamed, actual portavoz de la comunidad musulmana de toda la provincia, así como una nueva representación de la FEERI en Aragón, que se verán refrendadas en el próximo Consejo de Gobierno.

Por otra parte, Benjelloun expresó su deseo de que la Ciudad Autónoma de Ceuta pueda contar muy pronto con una delegación de la FEERI.